reservas internacionales

Nuevo canje será igual al de 2010, pero sin bancos

jueves, 29 de agosto de 2013

Se ofrecerán los mismos bonos, esta vez con jurisdicción local, actuando como agente la caja de valores

En la reapertura por tercera vez del canje de deuda para bonistas aún en default, el Gobierno ofrecerá los mismos títulos públicos que en el último llamado de 2010. Una variante con aquella propuesta, casi obvia, será que todos serán emitidos con jurisdicción de Buenos Aires, evitando la ciudad de Nueva York para frenar cualquier eventual avanzada pro embargo de la Justicia norteamericana a pedido de los fondos buitre. Además, tal como adelantó ayer este diario, el canje permanecerá abierto sin fecha de cierre predeterminada. Esto implica que los interesados podrán ingresar en el llamado en cualquier momento, sin fecha límite, aun cuando el juicio ante la Corte Suprema de los Estados Unidos se haya o no definido sobre el caso.

Otra diferencia con el llamado de 2010 será que ahora no habrá agentes financieros internacionales que se ofrezcan como intermediarios. En aquel año, cuando el actual vicepresidente Amado Boudou era ministro de Economía y Hernán Lorenzino secretario de Hacienda, la operación fue organizada por Barclay's, Citibank y Deutsche Bank. Los tres agentes habían acercado a fines de 2009 al Gobierno de Cristina de Kirchner la potencial reapertura por segunda vez del canje, asegurando, además, que contaban con la seguridad de que unos u$s 5.000 millones en bonos aún en default estaban garantizados para entrar en la oferta. Se trataba, en realidad, de títulos impagos que varios bancos internacionales tenían en sus carteras comprados a precio más que bajo y que luego canjearon por la oferta argentina.

En este tercer canje, el operador financiero será el propio Gobierno local, actuando como agente la Caja de Valores, con la única intervención, al menos hasta el momento, del Banco Nación. En aquel llamado de 2010, en total ingresaron unos u$s 12.000 millones, de un total estimado de unos u$s 20.000 millones que permanecían en default, según los cálculos de esos días. Para la reapertura de 2013, el volumen no superaría los u$s 11.000 millones. El Gobierno, si logra que ingresen entre u$s 2.000 o 3.000 millones al llamado y el porcentaje de aceptación final supera el 95% de la deuda en default en 2001, considerará a la operatoria un éxito.

Los títulos públicos que se ofrecerán a los interesados serán exactamente los mismos que en 2010. Los inversores institucionales recibirán un bono Discount con una rebaja del 66,3% en la deuda original y, además, un bono Global, por los intereses a la fecha con una tasa de interés del 8,75%. La totalidad de la suma sería pagada en 2017. En el caso de los individuales, recibirán un bono Par sin quitas, con un Cupón PBI a futuro y sin reconocimiento de los años anteriores. Esta operación sólo será válida para los tenedores de deuda por menos de 50.000 dólares o su equivalente en pesos.

En todos los casos se respetará la moneda original (la mayoría de los holdouts posee bonos en dólares). Para ambos tipos de inversores habría un cupón PBI atado al crecimiento de la economía.

La intención del Gobierno es que para fines de octubre, cuando técnicamente la Corte Suprema de los Estados Unidos esté analizando si toma o no el caso argentino, el proceso de apertura del tercer canje esté abierto y, en lo posible, con algún interesado a punto de suscribirse. La estrategia es mostrar una actitud de buena fe ante el tribunal, precisamente lo que en su momento se le criticó desde el juzgado de Thomas Griesa y la Cámara de Apelaciones de Nueva York de segunda instancia. Según la comunicación entre el Ministerio de Economía y el estudio de abogados que representa a la Argentina (Cleary, Steen, Gotlieb & Hamilton), la Corte Suprema podría evaluar argumentos más políticos y macroeconómicos que los dos primeros tribunales, y que las consideraciones sean más amplias que tener en cuenta simplemente la violación de los contratos. Sin embargo, se coincidió entre Nueva York y Buenos Aires: para esto, la Argentina debe mostrarse receptiva ante un nuevo canje de deuda. 

Fuente: Ambito