Legales y Finanzas

Los banqueros privados cierran filas y critican el proyecto de Ley de Entidades

jueves, 13 de mayo de 2010

Intención sin acción pura ilusión. Este podría ser, en condensado, voz y voto de buena parte de los principales banqueros privados de la Argentina, mientras observan qué destino adquiere en el Congreso el proyecto de Ley de entidades financieras que presentó el diputado Carlos Heller, titular del Banco Credicoop.

Las coincidencias entre los ejecutivos no abundan, pero una rápida operación de factor común arroja más críticas que aplausos hacia la presentación. Si bien gran parte de los banqueros concuerdan que las intenciones del proyecto son buenas, muchos señalan que la entidad que comandan se ve “excluida”, “afectada” o “herida mortalmente” por el proyecto.

En este sentido varios banqueros han traficado en las últimas horas con una alarmante idea: el proyecto de Ley que impulsa Heller está en el Congreso en reemplazo del que impulsaban kirchneristas, socialistas e incluso radicales para equiparar el impuesto a las Ganancias que pagan las personas jurídicas –en concepto de renta financiera– con el de las personas físicas. Si bien un impuesto que grave los plazos fijos redundaría en un encarecimiento de las tasas de interés que paga el banco y, por lo tanto, en una suba del costo del crédito que otorga, en los pasillos del Congreso todavía está fresca la idea de gravar la renta que se obtiene de las millonarias tenencias de títulos públicos que acumulan los bancos en sus carteras de inversión. Sin embargo ha sido aquél proyecto y no éste el que ha obtenido la bendición K.

El proyecto de Heller redefine a la actividad financiera como “servicio público” orientado a satisfacer las necesidades transaccionales, de ahorro y crédito. Se concibe la Ley a partir de las necesidades de los usuarios y no de las entidades financieras e incluye la orientación del crédito hacia las micro, pequeñas y medianas empresas y regulación de tasas de interés activas, el establecimiento de “Servicios Esenciales” dirigidos hacia los sectores de menos ingresos de la población con un nivel máximo de comisiones (en algunos casos sin comisiones).

Uno de los puntos que ha encendido la polémica en el sector es que de prosperar el proyecto de ley, se establece que ningún banco pueda exceder el 8% del mercado. Entidades como el Santander Río, el Banco Galicia, el Macro y el BBVA Banco Francés tendrán entonces serios inconvenientes en su futura proyección de mercado: en todos los casos cuentan con más del 8% de la plaza financiera y, de prosperar la Ley, con bajos incentivos para seguir creciendo. También el Banco Ciudad deberá regular esfuerzos: es la séptima entidad en préstamos y depósitos seguido por el HSBC, el Credicoop, y el Hipotecario.

Sin embargo, paradójicamente, los más afectados por esta restricción no será ninguno de los antes mencionados: el Banco Nación y el Banco de la Provincia de Buenos Aires, –que ocupan el primero y el segundo lugar en el ranking–, deberán “exportar” sus depósitos a otras entidades. Esto redundará en un verdadero contrasentido, ya que ambas son casas bancarias con gran proyección geográfica y cantidad de sucursales.

Pelea de fondo

Por otra parte, otro de los puntos de la polémica es que toda entidad financiera debe mostrar una participación mínima del 40% de su cartera de préstamos orientado al sector privado de las pymes. En este punto los más afectados serán aquellos bancos que son especialistas de un determinado negocio, ya sea el pago a jubilados, operaciones de cambio con monedas y hasta prefinanciación de exportaciones pero que no tienen 40% de cartera de préstamos a pymes: Deutsche, BNP Paribas, Finansur, Columbia, Piano, Supervielle, Comafi, Itaú, Meridian, y Mariva tendrán que reformular su estrategia de crecimiento.

Amén de otras medidas que buscarán regular el costo del crédito –las tasas de interés a empresas no podrán superar en 5% de la tasa promedio–, existe cierta incredulidad entre los banqueros de las casas extranjeras, ya que pasarán a “responder con la totalidad de su patrimonio local y el de su Casa Matriz” por los pasivos que contraigan en la República Argentina. En los bancos sostienen que esto coarta el margen de acción, los hace “más vulnerables” en el contexto doméstico y, de alguna manera, los corren del mercado.  

Fuente: El Cronista