El Blog del Viajero

El Blog del Viajero

Blog con experiencias de un viajero por el mundo

Recorriendo Polonia: Cracovia – Varsovia y Auschwitz-Birkenau

Ricardo Maero (h)

Por Ricardo Maero (h)

miércoles, 19 de mayo de 2010

Si existe un país el cual repasando toda su historia merece ser visitado, sin duda es Polonia. A través de varios libros de historia, de Imperios y Guerras Mundiales, este país era un destino obligado.

La organización del viaje, siempre dependiendo del tiempo y los aéreos low cost, incluyó las ciudades de Cracovia y Varsovia, muy distintas entre sí, pero asombrosas en cuanto a su belleza e historia.

Al llegar, camino al Centro de Cracovia, donde nos alojaríamos, nos sorprendimos de la belleza del paisaje y entendimos porque se dice que Polonia posee el “Otoño Dorado”: la mezcla de colores amarillos, rojos y pocos verdes en los grandes campos con pequeñas casas, atrapaban la vista creando una postal otoñal.

El paseo arrancó con el frío de Cracovia, una de las ciudades más grandes de Polonia la cual ha sido Capital en varias ocasiones de la historia Polaca. Llegando al Centro Histórico conocido como Stare Miasto, el cual fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1978 uno se siente realmente sorprendido de ver una mezcla de arquitectura renacentista, barroca, y gótica barrocos, incluyendo desde Castillos Medievales, Catedrales, Leyendas que vienen de la Edad de Piedra con el famoso “Dragón de Wawel” y sobre todo excelentes restaurantes en sótanos o áticos que reparan del frío.

La presencia de esta mezcla de estilos, por suerte aún en pie, se debe a la propia historia de Polonia, país que pasó durante su historia por el Imperio Austriaco al fugaz Gran Ducado de Varsovia, que dependía del Imperio Francés del conocidísimo Napoleón para luego ser por poco tiempo una Ciudad Libre que a posteriori formó parte de otro Imperio, esta vez el Austrohúngaro. Pero recorriendo sus calles, lo que mas se puede “sentir” es la huella que dejaron los alemanes y los soviéticos, mezclando guetos, museos y monumentos con edificios monocromáticos al mejor estilo comunista.

Muchas cosas se pueden nombrar de esta hermosa ciudad, pero sin duda una de ellas es el llamado a cada hora desde la Basílica Gótica de Santa Maria, con un sonar de trompeta desde la torre de la Catedral, sin omitir que es la ciudad donde Juan Pablo II paso 40 años de su vida y donde el famoso Oskar Schindler tenía su fabrica, hoy museo.

El segundo día de nuestra visita, fuimos a Auschwitz-Birkenau, tristemente famosos campos de concentración que se ubican a 43km de Cracovia hoy Memorial y Museo de Estado. La llegada a los campos es muy difícil de explicar, se siente el dolor, el silencio, la historia y hasta la muerte. Se revive el triste pasado que duró demasiado: desde mayo de 1940 hasta el 27 de enero de 1945, cuando fue liberado por el ejército soviético.

El comienzo es el Campo de Auschwitz I, donde cada visitante debe cruzar el famoso e impactante portón de ingreso con la irónica frase: “Arbeit macht frei” – “El trabajo los hará libres”. Este campo tuvo todo tipo de prisioneros, desde homosexuales, judíos, intelectuales y soviéticos siendo hoy transformado para poder ver en cada uno de sus edificios las terribles salas de tortura, celdas y objetos de los prisioneros que realmente dejan a uno sin aliento. Todo lo que se ve parece increíble e inhumano. Se ven no solo las cosas expuestas sino también ante la posibilidad de detenerse un segundo, las expresiones y emociones de cada una de las personas. No hay palabras que describan lo que se ve y se siente, solo es silencio y la misma sensación continúa en Birkenau.

Este campo conocido como Auschwitz II o Birkenau fue para mí ver lo que se muestra en tantas fotos y películas.

El campo contiene hoy solo un par “establos” donde dormían entre 400 y 700 personas, siendo en realidad un espacio para guardar a 52 caballos. Queda en Ustedes imaginarse en que condiciones se encontraban los prisioneros.

La entrada posee un arco por el cual ingresaba el tren que provenía con prisioneros de distintas partes del mundo y frenándose allí cerca hacían la famosa “clasificación”. Viendo la distribución y la inmensidad del campo desde la Torre de Control, se entiende lo que miles de veces vimos pero el entendimiento hace menos creíble lo que se ve.

Este es el final de la visita. Y aún estando lejos de los establos, baños, rieles de esa trágica vía, la cabeza no deja de imaginar, de volver décadas atrás, quizás para entender como es posible semejante horror e inhumanidad. Quizás de modo optimista sirve para que no se vuelva a repetir.

 

Ese día solo continúo con una cena polaca, que sin dudas es una de más mejores cocinas europeas y sobre todo si hace frió donde se puede comer una excelente sopa de setas dentro de un pan que es IMPERDIBLE!

El próximo y último destino dentro de nuestro viaje fue Varsovia, la cual para que tengan idea de lo que sufrió durante su historia, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO por como "ejemplo destacado de reconstrucción casi total de una secuencia histórica que se extiende desde el siglo XIII hasta el siglo XX". La Capital de Polonia fue reconstruida en casi un 89% y si bien mantiene las fachadas se siente lo nuevo en lo viejo, en un estilo simple. Lo asombroso de llegar es que uno es recibido por el imponente Palacio de la Cultura y la Ciencia que fue construido bajo el régimen soviético y llamado en esa época: Palacio de Stalin, se podrán imaginar que algunos polacos odiaban el edificio, por ser un símbolo de los soviéticos, pero actualmente su simbolismo negativo ha disminuido, siendo proclamado símbolo de Varsovia y patrimonio nacional polaco. En esta ciudad les recomiendo que se tomen su tiempo para recorrer el Parque Real Lazienki, que además de ser el parque más grande de Polonia, cuanta con varios hermosos palacios y lagos que merecen ser descubiertos.

Creo que cada una de las cosas que pudimos conocer y que les pude contar en esta oportunidad, justifica visitar este país lleno de historia, monumentos y belleza. Y por si aún no se convencen les agrego que recorrer Cracovia y Varsovia es sentirse parte de la historia que tantas veces leímos, uno termina sorprendido por la cantidad de cosas valiosas que puede encontrar al meterse en las calles y pequeños lugares polacos y sobre todo poder imaginarse a uno mismo partícipe de varias épocas distintas.